lunes, 23 de marzo de 2009

El camino


He pasado la noche dando vueltas en la cama, sin poder conciliar el sueño. Al borde del lagrimeo, pero sin soltarlo. Finalmente pude descansar unas horas y esta mañana he encontrado el camino despejado, con las huellas que deja el agua tras la lluvia, el aire limpio y fresco, el cielo con alguna nube gris y una ligera brisa que invita a caminar. Un camino sin bifurcación, de un solo sentido.

Y mi mente, también despejada, decide no preocuparse de lo que, en este momento, no tiene solución. Mi prioridad soy yo y no creo ser la prioridad de nadie. Así que estaré atento a lo que surja en este paseo.

Escribo y vuelvo a tener el deseo de llorar.

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